El día no está
totalmente despejado
pero el monte huele bien,
los pájaros revolotean sin cesar
salpicando la mañana
de color con sus trinos,
los gallos cantan hace horas
y las saltarinas ardillas
hacen sus acrobacias
entre las ramas de los pinos.
Este es el paraíso
que me regala la vista
cada amanecer.
Esta es la pócima
que da solaz a mi espíritu
y eleva mi alma
en acción de gracias
por haberte conocido.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.