Hoy he comenzado un curso para la obtención del permiso de armas.
Se trata de armas de destrucción masiva por lo que, tanto la inscripción
como el perfil de los asistentes, ha sido muy cuidadoso.
La primera sesión ha versado sobre el uso de “si” y “no”.
También se me ha informado de la duración del curso: toda una vida.
Y todo porque “el uso de la palabra”, para preservar nuestra salud mental, conlleva estos inconvenientes.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.