miércoles, 29 de mayo de 2013

Grito de amor.



Esa noche, la luna espejeaba
surcando el aire como barca de hielo

evitando que su boca la envolviese

con su manto de aire azabache

para ocultarla a los ojos del mundo.



Sólo la tenue luz de unas estrellas

se atrevió a asomarse

a saludar tu reflejo de luna menguante

medio oculta entre nubes.



Ajenos a la noche, invisibles a la luna

tras el acto sublime

intenté girarme y acariciar tu oído

con voz parda

y sin poder evitarlo

preso quedé, exánime,

en mi grito de amor.



Fue la luz gris azulada de la amanecida,

que inundaba el lecho,

la que nos invitó a cerrar los ojos

en un intento vano de conciliar el sueño.



Pobre ilusa la luz:

desconoce el fulgor de tus hogueras,

la lava del volcán de tus besos,

la suavidad y el tacto de tu piel.



Desconoce que desnudo tu alma cada día

para engalanarla de palabras y caricias,

exigua cuota de amor

de mi corazón henchido.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.



6 comentarios:

  1. Un corazón henchido vive y dice cosas sublimes, siente y viste al amor con sus mejores galas. Felicidades por este poema.

    Un abrazo

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    1. Gracias Francisco.
      El 24 de junio tengo, dentro de la programación mensual que coordino, el recital de poesía erótica y, como no podría ser menos, vamos calentando motores.
      Un abrazo y me consuela, al tiempo que me alegra, que te haya gustado.

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  2. Bello amanecer de dos almas enamoradas

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    1. Gracias Elena.
      Ya va tocando el conocernos personalmente.
      Abrazos.

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  3. Un gran poema que destila comprensión, connivencia...realidad del amor que sigue día a día...

    Mark de Zabaleta

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